EL COMPORTAMIENTO SEXUAL AFECTA EL DESTINO DE UNA NACION

¡El sexo y la sobrevivencia están relacionados porque la energía que mantiene unido a un pueblo es de naturaleza sexual! La atracción física entre hombres y mujeres es la causa de que ellos establezcan una familia y se dediquen a su desarrollo, así como a su vez los anima a trabajar y a luchar para asegurar la sobrevivencia de la familia. Esta energía sexual proporciona el ímpetu para criar hijos sanos, y para transferir los valores morales de una generación a otra. Hace que el hombre sienta la urgencia de trabajar cuando preferiría jugar, y que la mujer ahorre cuando preferiría gastar. En pocas palabras, el aspecto sexual de nuestra naturaleza, cuando se expresa exclusivamente dentro de la familia, produce estabi­lidad y responsabilidad que de otro modo no ocurrirían. Cuando una nación está compuesta de millones de familias fieles y responsables, la sociedad entera es estable, responsa­ble y fuerte.
Por el contrario, el poner en acción la energía sexual de una manera indiscriminada, fuera de los límites de la familia, es potencialmente catastrófico. La misma fuerza que une a un pueblo se convierte entonces en un instrumento para su propia destrucción. Quizás este punto puede ser ilustrado por medio de una analogía entre la energía sexual en el núcleo familiar y la energía física en el núcleo de un diminuto átomo. Los electrones, neutrones y protones son mantenidos en un equi­librio delicado por una fuerza eléctrica dentro de cada átomo. Pero cuando el átomo y sus vecinos son divididos en fisión nuclear (como en una bomba atómica), la energía que había provisto la estabilidad interna es puesta en acción con un poder destructivo increíble. Hay muchas razones para creer que esta comparación entre el núcleo del átomo y el núcleo familiar es algo más que una casualidad.
¿Quién puede negar que una sociedad se debilita seria­mente cuando el intenso deseo sexual entre hombres y muje­res se convierte en un instrumento de sospecha y de intriga en millones de familias... cuando una mujer nunca sabe lo que su esposo está haciendo mientras él está fuera de la casa... cuando un esposo no puede confiar en su mujer si la deja sola... cuando la mitad de las novias se presentan embaraza­das ante el altar... cuando cada uno de los recién casados se ha acostado con muchos otros, habiéndose perdido así la belleza exclusiva del lecho matrimonial... cuando todos ha­cen lo que quieren, particularmente lo que les trae gratifica­ción sensual inmediata? Lamentablemente, la víctima que es más afectada por una sociedad inmoral como la que he descrito es el niño pequeño, que es vulnerable, y que escucha a sus padres gritando y discutiendo; las tensiones y frustra­ciones que experimentan ellos, invaden su mundo, y la ines­tabilidad del hogar deja feas cicatrices en su mente infantil. Después, ve cómo sus padres se separan enojados, y tiene que decirle "adiós" al padre que necesita y ama. O quizá debiéra­mos hablar de los miles de bebés que cada año nacen de madres adolescentes solteras, muchos de los cuales jamás conocerán un hogar acogedor en el que se les imparta la crianza adecuada. Tal vez debiéramos analizar el azote desen­frenado de las enfermedades venéreas que han llegado a proporciones de epidemia entre la juventud. Esta es la repug­nante realidad de la revolución sexual, y estoy harto de oír cómo hablan de ella de un modo romántico y la glorifican. Dios ha prohibido claramente la conducta sexual irresponsa­ble, no para privarnos de un placer, sino para evitarnos las terribles consecuencias de este corrompido estilo de vida. Los individuos, y las naciones, que escogen desobedecer sus mandamientos sobre esto, pagarán un precio muy alto por su insensatez.


Tomado del volumen 1. 
Matrimonio y sexualidad. 
El Dr Dobson contesta sus preguntas.

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