LA INFIDELIDAD

¿Es común que los hombres casados sientan el deseo de tener relaciones sexuales fuera del matri­monio, incluso aquellos que nunca serían infieles a sus esposas?

En una ocasión le hicieron la siguiente pregunta al doctor Robert Whitehurst, de la Universidad de Windsor, Ontario en Canadá: "¿Tienen la mayoría de los hombres, en un momento u otro, el deseo de tener relaciones íntimas fuera del matrimo­nio?" Su respuesta, publicada en la revista Sexual Behavior [Comportamiento sexual], incluyó los siguientes comenta­rios:
'Todos los hombres, desde el primer día de su matrimonio en adelante, piensan en esta posibilidad. Aunque estas tendencias hacia la actividad sexual extramatrimonial disminuyen en los últimos años de la edad madura y después de ella, nunca desaparecen por completo en los hombres normales".
Estas declaraciones dejan poco lugar para excepciones, pero me inclino a estar de acuerdo con sus conclusiones. La atracción de la infidelidad tiene un poder increíble para influir en la conducta del ser humano. Incluso los hombres que son cristianos consagrados, y que están dedicados a sus esposas, tienen que enfrentarse con la misma clase de tentaciones sexuales. Sin embargo, en términos inconfundibles, el apóstol San Pedro escribió lo siguiente sobre las personas que ceden a estas presiones: "Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad" (2 Pedro 2:14-15, énfasis agregado).

Tomado del volumen 1. 
Matrimonio y sexualidad. 
El Dr Dobson contesta sus preguntas.

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