ESTO ES EL PREDÓN

En primer lugar, el perdón es una expresión de fortaleza, no de debilidad. Más hombres que mujeres tienen miedo de que el perdonar y el pedir perdón pueda significar debilidad para mantener la imagen de "macho". Sin embargo, créame: el tratar de sanar una relación por medio del perdón es una verdadera señal de fortaleza de carácter.
El perdón es una expresión del amor que toma la iniciativa. ¿Ha pensado usted alguna vez: "Por qué debo perdonarla, si ella no ha pedido perdón"? No obstante, el amor de Dios nos cons­triñe a dar el primer paso. En 1 Juan 4:10 leemos: "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en propicia­ción por nuestros pecados." Si Dios hubiera esperado a que no­sotros nos arrepintiésemos y pidiéramos perdón, aún estaría­mos perdidos; y si usted aguarda a que otra persona confiese y busque primero su perdón, está dejando que dicha persona con­trole su vida.
Jesús dijo: "Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcilíate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda" (Mateo 5:23, 24). Aquí Dios explica claramente que El quiere que usted tome la iniciativa sin importar quién necesite el perdón —ni siquiera desea que lo adore si hay una relación la cual usted no ha tra­tado de arreglar. Si la gente siguiera esta enseñanza bíblica y no fuese a la iglesia porque se niega a buscar o a ofrecer el perdón, me pregunto cuántos se presentarían en el culto el pró­ximo domingo por la mañana.
El perdón tiene en vista tres objetivos. El primero de ellos lo vemos en las palabras de Jesús que acabamos de considerar: es la recomendación entre dos individuos. El segundo se encuen­tra en Colosenses 3:12-15: "Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benig­nidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; suportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviera queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así tam­bién hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos". El perdón promueve la unidad en el cuerpo de Cristo. Y un tercer objetivo del perdón es la sanidad emocional: una de las mejores maneras en que se puede de­mostrar el amor sanador de Cristo a un mundo que observa.

Tomado de "El secreto de amar y de ser amado" de Josh McDowell

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